Saturday, October 27, 2012

Viernes 19 de octubre: defensa de la tesis doctoral de Geoffroy Huard

  
El pasado viernes 19 de octubre en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, tuvo lugar el acto de defensa de la tesis doctoral de Geoffroy Huard de la Marre, titulada Histoire de l’Homosexualité en France et en Espagne. Discours, subcultures et pratiques (1945-1975). El acto de defensa contó con la presencia de los dos directores de la tesis, Didier Eribon (Université de Picardie Jules Verne) y Francisco Vázquez García (Universidad de Cádiz). El tribunal que calificó el trabajo con la máxima nota ("apto cum laude" por unanimidad), estaba formado por José Antonio Nieto Piñeroba (UNED), Leonor Acosta Bustamante (Universidad de Cádiz), Virginie de Luca Barrusse (Université de Picardie, Jules Verne), Óscar Guasch Andreu (Universidad Autónoma de Barcelona) y Javier Ugarte Pérez (I. E.S. Galileo Galilei).

Reproducimos debajo, el texto redactado por Geoffroy Huard para la defensa de este excelente trabajo:

 
Señor Presidente, señoras y señores miembros del tribunal,

 

Antes de exponer las tesis defendidas en mi trabajo, quisiera en primer lugar agradecer a mis directores de tesis aquí presentes, Didier Eribon y Francisco Vázquez García, por todo el apoyo tanto académico como humano que me han proporcionado a lo largo de estos últimos cuatro años. Agradecer también a la Universidad de Cádiz que me concedió una beca/contrato de formación del personal investigador sin la cual nada hubiera sido posible. Como ya lo han visto ustedes, he podido disfrutar de numerosas estancias de investigación tanto en España, Francia, Estados Unidos como Reino Unido, que me han permitido llevar a cabo el trabajo que hoy tienen entre las manos.

Este trabajo doctoral se inscribe en la historia cultural y social de la sexualidad y de la sociología de la sexualidad y de la dominación.

Esta tesis era en un principio una monografía sobre el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria en Francia (FHAR, 1971-1974). Quería analizar la importancia tan relevante que adquirió un movimiento tan efímero, y estudiar la influencia que tuvo en España y en México donde surgieron poco tiempo después movimientos con el mismo nombre. Pero pronto mis investigaciones en los archivos me mostraron que la focalización del FHAR sobre el supuesto aumento de la represión de los homosexuales desde la subenmienda Mirguet de 1960 y las críticas al movimiento homófilo anterior, la asociación Arcadie de André Baudry (1954-1982), eran inexactas y me llevaron por tanto a remontarme hasta la posguerra para estudiar el contexto más amplio del mundo homosexual. Ya no se trataba de concentrarse sobre uno o dos movimientos, sino estudiar todo el "mundo gay" desde 1945 hasta el final del periodo revolucionario con el fin de restituir el contexto socio-político, los discursos y la subcultura gay en Francia y en España donde Arcadie desempeñó también una labor muy importante y donde el FHAR influenció igualmente a los movimientos que surgieron a finales del franquismo. Pensé que de esta manera se podía evitar caer en la mitificación del FHAR y de la "liberación" como ha sido el caso hasta una fecha reciente. Probablemente esta crítica de la mitificación de los movimientos de liberación no hubiera sido posible sin los trabajos de George Chauncey.

 

 

A partir de ese trabajo de Chauncey, he querido ver si otros mitos caracterizaban también la historia gay después de la Segunda Guerra Mundial en Francia y en España. Gracias a todos los archivos inéditos consultados, muestro que un mundo gay masculino fue también sumamente desarrollado y visible tanto en París como en Barcelona entre 1945 y 1975. Me he preguntado entonces cómo era posible que hubiéramos olvidado hoy ese pasado tan visible y tan amplio, al que incluso periódicos de la época hacían referencia ¿Por qué ninguna investigación se ha llevado a cabo sobre ese periodo mientras existen estudios sobre periodos anteriores y sobre los movimientos a partir de los años 1970[1]? Parece que los análisis de los movimientos de liberación a partir de los años 1970 y su éxito posterior instauraron categorías retrospectivas de análisis binarios sobre la memoria gay. Esas categorías eran simplificadoras y no tenían sentido para las generaciones anteriores a los movimientos de liberación: antes/después; invisibilidad/visibilidad; estar en el armario/salir del armario; silencio/toma de palabra; persecución/liberación[2]. Estas categorías de análisis binarios llevaron a las generaciones posteriores a pensar el mundo gay anterior de manera sesgada y caricaturesca. Por consiguiente, este trabajo propone analizar el mito de la "liberación" a partir de los años 1970 y critica tres ideas preconcebidas: la invisibilidad, el silencio y la persecución a los cuales los gays habrían sido condenados[3]. En efecto, prácticamente todas las publicaciones desde los años 1970 consideran que el mundo gay era cuasi inexistente antes de esta fecha. No habría habido "nada" "antes", o muy poco, únicamente el "silencio" al que los homosexuales estaban condenados debido a la "persecución". Solo "después" de los movimientos de liberación, los gays se habrían organizado en "movimiento" para luchar contra la represión.

Es cierto que movimientos como los que conocemos hoy no existían. Sin embargo, existían asociaciones como Arcadie o grupúsculos como el Agrupamiento Homófilo para la Igualdad Sexual (AGHOIS) que tenían otra organización a la de los grupos revolucionarios y otras maneras de pensar la "homofilia". Sin embargo lo que se materializó en las memorias fue la politización de la homosexualidad por los movimientos de liberación, a pesar de su breve existencia. ¿Cómo unos movimientos revolucionarios tan efímeros pudieron adquirir una importancia tan relevante? Esa importancia simbólica se debe en parte a que numerosos militantes revolucionarios ocuparon a partir de finales de los años 1970 cargos importantes en el periodismo cultural y difundieron esa lectura política, criticando al mismo tiempo las interpretaciones anteriores. Las caricaturas que sufrió Arcadie son en este caso paradigmáticas. Fue también una de las razones principales por la que casi nadie estudió ese periodo.

Esta importancia dada a los "movimientos de liberación" focalizó también la atención de l@s investigador@s sobre movimientos o asociaciones sin estudiar las culturas gays o los modos de vida, como si estos últimos estuvieran intrínsecamente ligados a los movimientos[4]. No obstante, desde el libro deslumbrante de George Chauncey, algunas obras de desigual importancia han visto la luz. En España, solo existen tres obras sobre los homosexuales bajo el régimen franquista y caen en el mito de la persecución basándose en un número muy limitado de testimonios[5]. En los países anglo-sajones, además del trabajo de Chauncey, la investigación de Matt Houlbrook se propone restituir el Londres queer[6]. Esta focalización sobre la sexualidad y la sociabilidad permitió hacer más visible la cultura de las clases populares, totalmente ausente de los estudios que se concentraban solamente en las asociaciones, la literatura o el cine[7]. En efecto, a pesar de la importancia del trabajo de Alberto Mira, esos estudios, en su mayoría, analizan las interpretaciones de la homosexualidad en la obra de un autor o de un director, pero éstas se limitaban a menudo a representaciones de los homosexuales burgueses o a caricaturas de los homosexuales de las clases populares. No restituyen los modos de vida de los homosexuales y menos aún de los homosexuales de las clases populares. Son esas prácticas las que he querido restituir aquí.

Por consiguiente, esta investigación es una historia sociocultural de la homosexualidad. Propongo reconstituir la geografía, las culturas y las políticas relativas a la homosexualidad en España y en Francia entre 1945 y 1975. Analizo en primer lugar los discursos sabios sobre la homosexualidad pues los discursos médicos, religiosos, jurídicos y de la opinión pública fueron las herramientas principales que configuraron el "sistema cultural heterosexual" según la expresión de George Chauncey[8]. Esos diversos discursos han adquirido mucha importancia desde La voluntad de saber, pues según Foucault, fueron esos discursos médicos los que crearon el "personaje" del homosexual a finales del siglo XIX[9]. Chauncey muestra sin embargo que las representaciones y las identidades gays se crearon en la cultura popular y fueron creadas por ésta, no en y por los discursos científicos. Según él, las representaciones y las identidades no eran una creación de los discursos científicos porque se limitaban a revistas muy especializadas y tenían, pues, una influencia muy débil sobre los gays. Incluso me parece que según las investigaciones que llevé a cabo esos discursos científicos constituían más bien la respuesta de las autoridades ante la "visibilidad" cada vez mayor del mundo gay, pues hacían siempre referencia a esa "visibilidad", al "desarrollo" o al "aumento" de ese "vicio".

Para contrarrestar el aumento de ese "vicio", los médicos recurrían al psicologismo. La homosexualidad se consideraba como un problema psicológico del individuo a causa de problemas educativos. Esos discursos no describían realmente la homosexualidad. Establecían más bien fronteras entre el mundo "normal" y el mundo de la "inversión". Así, los científicos ponían de relieve la diferencia sexual como un "deber" (el papel del padre, de la madre), la protección de los menores frente a la "corrupción" de los adultos y daban numerosos consejos prácticos a los padres, a los educadores y a los juristas para evitar esa "desviación". Pues esos discursos no podían funcionar de manera autónoma. Se necesitaban el uno al otro. Por ejemplo, las nociones médicas de "perversión", "paro del desarrollo", "inmadurez" funcionaban también en el campo jurídico. A la inversa, las nociones jurídicas funcionaban en el campo médico y las nociones médicas en el campo religioso. En numerosos casos, los jueces precisaban la ayuda de "especialistas" para obtener informes sobre la persona biológica, psíquica y social del delincuente. Esta ayuda les orientaba para encontrar la solución jurídica adecuada[10].

He querido explicar así cuáles fueron los potentes mecanismos que impusieron de manera tan fehaciente tanto en el cuerpo social como en los psiquismos individuales  la idea según la cual la homosexualidad sería "contranatura". ¿Qué estructuras permitieron que esta idea se convirtiera en una evidencia? ¿Cuáles fueron los mecanismos de esas instituciones que permitían reproducir en el orden social lo eterno heterosexual? Para responder a esas cuestiones he querido actualizar los análisis de La dominación masculina de Pierre Bourdieu[11]. Bourdieu no desarrolló mucho sus análisis sobre la dominación heterosexual, pero resulta posible aplicar sus análisis sobre la dominación masculina a la dominación heterosexual pues los mecanismos de la dominación son a menudo los mismos, tanto si se trata del género, de la sexualidad, de la raza como de la edad[12]. Esas estructuras de dominación no eran ahistóricas o inconscientes. Eran, por el contrario, como mostró Bourdieu, "el producto de un trabajo incesante (luego histórico) de reproducción al cual contribuyen agentes singulares [...] e instituciones"[13].

Pero si los discursos sabios producían la ideología sexual dominante como reacción contra la "visibilidad" de los homosexuales para delimitar la norma, ¿en qué consistía esa visibilidad[14]? En primer lugar se manifestaba en la sexualidad en numerosos lugares públicos de los cuales los urinarios fueron el sitio más característico de la subcultura gay[15]. Un intenso comercio sexual existía entonces en la mayoría de los urinarios de París y Barcelona. Esa visibilidad se manifestaba también en los lugares de sociabilidad como numerosos bares y clubes "especializados" en algunos barrios de París y Barcelona. Habían espectáculos y concursos de travestis en los Campos Elíseos, en Montmartre, en el Barrio Chino de Barcelona. Algunas publicaciones los señalaban. Podíamos observar por ejemplo en la calle o en las terrazas de ciertos cafés a homosexuales afeminados, otros que se agarraban de la cintura o se besaban. La prostitución y la delincuencia eran también prácticas muy frecuentes en lugares especializados como Saint-Lazare, Montmartre, algunos bosques, el Barrio Chino y Montjuïc.

He intentado reconstituir la geografía y las prácticas de esas interacciones tanto sexuales como de sociabilidad gracias a los archivos de la Préfecture de Police de París, en particular una parte del legajo de la Brigada Mundana, el legajo de la Sala de lo Penal de la provincia del Sena en el Archivo de la ciudad de París, la prensa y los archivos jurídicos de los tribunales de vagos y maleantes, y de peligrosidad y rehabilitación social de Cataluña y Baleares conservados en Barcelona. Así muestro no solo cómo funcionaban esas interacciones, sino que muestro también cómo las autoridades judiciales y jurídicas vigilaban de manera irregular el mundo gay. Contra una leyenda negra desde la subenmienda Mirguet en 1960 y las dos leyes franquistas en 1954 y 1970, las cifras demuestran que no hubo una represión sistemática. Incluso existía cierta permisividad, inclusive en Barcelona bajo la dictadura.

En Francia, las autoridades concentraban sus esfuerzos en desexualizar el espacio público, proteger a los menores y la "moralidad de las costumbres". La Brigada mundana vigilaba de cerca a los adultos sospechosos o denunciados por relaciones con menores, independientemente de la clase social a la que pertenecía el individuo. En cambio, los homosexuales condenados bajo el franquismo pertenecían todos a las clases populares, pues la homosexualidad estaba condenada si tenía alguna relación con la delincuencia, la vagancia o la prostitución. Los homosexuales de las clases medias y acomodadas que tenían un trabajo "honesto" y que podían justificar sus ingresos no tenían nada que temer en absoluto de la justicia. Desde luego, eran detenidos por la policía en los lugares de ligue o en los bares especializados, pero ninguno aparece condenado. La justicia española era por tanto una auténtica justicia de clase.

Frente a los discursos científicos y a las consecuencias policiales y jurídicas en la vida de los gays, numerosos contra-discursos y acciones estaban organizados para criticar las interpretaciones negativas de la homosexualidad difundidas por la prensa, el psicoanálisis y la Iglesia católica. Esa tradición literaria y esas asociaciones existieron antes y después de los movimientos revolucionarios. Esos discursos críticos del orden sexual no propusieron forzosamente una lectura política de la homosexualidad como el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria a partir de 1971.  Pero siempre existieron distintas estrategias de resistencia. El Corydon de Gide, el San Genet de Sartre y las obras de Genet, de García Lorca y Cernuda constituían los libros más famosos, pero existían también periódicos, médicos, asociaciones y escritores que criticaban lo que llamo la concepción heterosexual de la sexualidad. El periódico Futur en los años 1950, la asociación Arcadie y su revista, los escritores Pierre Hahn, Daniel Guérin, Françoise d'Eaubonne o Terenci Moix en la prensa así como la asociación homófila española y su boletín a partir de 1970. Los "invertidos" detenidos mostraban también mucho coraje frente a la policía y los jueces al defender su sexualidad. Por tanto los homosexuales no estaban condenados al silencio antes de la liberación. Algunos intentaron romper con la concepción dominante de la sexualidad.

Además, los acontecimientos de mayo del 68 y el bullicio intelectual de los años 1970 influenciaron sobre todo al FHAR, mientras que Arcadie y el Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH) fueron al principio muy críticos con los movimientos izquierdistas. De manera que no solo existieron discursos críticos antes de 1970, sino que además, a partir de esa fecha, no compartieron la concepción izquierdista revolucionaria del FHAR. Es esa multiplicidad y diversidad de los discursos críticos que intento subrayar gracias a los archivos de la prensa, del FHAR, de Arcadie, del Agrupamiento Homófilo por la Igualdad Sexual (AGHOIS, un nombre que adoptó el MELH poco tiempo después de su creación) y los de su fundador Armand de Fluvià.  Y ya que no compartían todos esa concepción revolucionaria, intento comprender cómo esa interpretación de la homosexualidad acabó por imponerse. Este trabajo se propone por consiguiente, en la misma línea que los trabajos de George Chauncey y Julian Jackson, situar los movimientos de liberación en su contexto histórico para mostrar que en realidad se trató de un "paréntesis" revolucionario porque no hubo "silencio" verdaderamente[16]. Fueron solo las modalidades de los discursos y las interpretaciones de la homosexualidad que fueron cambiando.

Varias razones justifican la comparación entre París y Barcelona. Las investigaciones comparativas sobre el tema se interesaron sobre todo por ciudades de Europa del norte como si existiera un corte entre dos mundos[17]. Por un lado un modelo identitario noreuropeo y por el otro un "modelo mediterráneo"[18]. Ahora bien, parece que ese corte no es tan evidente entre Francia y España desde la posguerra, al menos entre las dos capitales París y Barcelona, conocidas por ser más "abiertas" a los homosexuales. Otras investigaciones deberán comprobar si estas ideas se pueden aplicar a otras ciudades[19]. Me parecía también interesante comparar dos países con regímenes políticos distintos porque esta diferencia impuso a su vez categorías de análisis binarios simplificadoras. Bajo la democracia los homosexuales serían "libres", mientras que bajo la dictatura franquista los homosexuales habrían conocido la "persecución" a gran escala, pero los archivos demuestran que esa afirmación es totalmente falsa. Sendos gobiernos consideraron la homosexualidad de una manera muy parecida. Aunque la moral española no se centraba en particular en la moralidad de las relaciones sexuales entre hombres. Se centraba principalmente en la relación entre homosexualidad y delincuencia en los ambientes marginales y en las relaciones con menores, mientras que las autoridades francesas lucharon por evitar todo tipo de sexualidad en el espacio público. Ese moralismo a la francesa, asociado a la importancia otorgada a los discursos psicoanalíticos en Francia, explica en parte el "retraso" de ese país en conceder hoy la igualdad de derechos.

Este trabajo cuestiona, por tanto, la actualidad de los gays y de todas las minorías sexuales. Algunos derechos fueron arrancados gracias a la determinación de diversos movimientos. Pero a pesar de numerosos cambios, al mismo tiempo tenemos la impresión de que pocas cosas han cambiado desde la liberación. Los discursos acerca de lo "contra-natura" y las "terapias de cambio" o de "curación" siguen existiendo y los crímenes homófobos siguen siendo numerosos. Parece también que a pesar de ciertos avances para los gays y las lesbianas otros temas han vuelto a entrar en el armario. Pensemos en particular en el caso de la pedofilia. En efecto, en 1973, un escritor francés abiertamente pedófilo, Tony Duvert, recibía en Francia el Premio Médicis. Sin embargo, hoy parece imposible pronunciar cualquier palabra sobre el tema sin condenarla. Duvert tendría hoy dificultades para publicar sus libros. En España también los archivos muestran que las relaciones homosexuales entre un mayor y un menor de edad (supuestamente de acuerdos) estaban condenados a unos meses de cárcel o como máximo a un año en Barcelona y a tres años en otros provincias catalanas. Significa que bajo la dictadura las penas al respecto fueron muchísimo menos severas que hoy. Este trabajo muestra por tanto que la evolución de la situación de los gays o de las minorías sexuales en general no es un proceso lineal hacia el progreso. Esta investigación es, pues, una invitación a reinventar la "liberación".

Este trabajo concierne solo la homosexualidad masculina, aunque a veces hace algunas referencias a las lesbianas y al lesbianismo. Esta ausencia se debe en parte a las diferencias culturales entre lesbianas y homosexuales. La sexualidad en los lugares públicos por ejemplo no constituye un elemento relevante de las culturas lesbianas. Las fuentes no son por consiguiente las mismas y el acceso es en ocasiones difícil. Me denegaron por ejemplo el acceso a los Archives Recherches Cultures Lesbiennes de París (ARCL) ¡porque soy un hombre mientras rechazan explícitamente el sexismo en sus estatutos!  Además, entre los 553 condenados por las leyes de vagos y maleantes y la de peligrosidad y rehabilitación social entre 1956 y 1980 en Barcelona aparece solamente una mujer. En los archivos judiciales en Francia hay prácticamente el mismo número de lesbianas. El FHAR, aunque fue al principio una iniciativa de lesbianas, contaba solo con algunas entre sus filas, como en Arcadie y en el Agrupamiento Homófilo de Igualdad Sexual. Y la "visibilidad" a la que hacía referencia la prensa tenía que ver en su mayoría con los hombres homosexuales. Por tanto este trabajo de investigación sobre las lesbianas queda todavía por hacer[20]. 

Existieron, por supuesto, algunas diferencias entre Francia y España y algunos desfases cronológicos. La Guerra Civil se terminó en España en 1939 mientras que en esta fecha comenzó la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo elegí como punto de partida para ambos países el año 1945 pues solo pude consultar los archivos españoles a partir de esta fecha. ¿Dónde se conservan los archivos relativos a los primeros años del franquismo? Esta pregunta queda aún hoy sin respuesta. Por otra parte los movimientos de liberación no aparecieron en el mismo momento. Se creó un movimiento en España en 1970 pero defendió una concepción homófila de la homosexualidad gracias a la ayuda de Arcadie. Solo defendió una concepción revolucionaria a partir de 1973 cuando recibió la influencia de otros movimientos, pero en esta fecha el FHAR estaba ya muy dividido. Además, si el movimiento español defendió una concepción revolucionaria a partir de 1973, no quiere decir que rompió con las tesis homófilas como el FHAR. Más bien se convirtió en un movimiento reformista revolucionario. Esta investigación se detiene aproximadamente en 1975 porque considero que es el final del periodo revolucionario en ambos países. Los discursos contra el orden sexual no tuvieron tampoco las mismas características debido a las diferencias de régimen político. La censura era mucho más poderosa en España. Por tanto había menos voces críticas que en Francia y fueron más moderadas. La represión policial fue bastante estable en Francia durante el periodo estudiado mientras en España aumentó de manera significativa a partir de la nueva ley de 1970 para frenar la oleada de liberalización que recorría entonces Europa. Pero por regla general los discursos del orden dominante fueron muy similares en ambos países al igual que las subculturas gays de París y Barcelona. La comparación entre Francia y España muestra sobre todo que las condenas fueron muy similares entre ambos países porque no condenaban si se trataba de la primera detención, sino solo en caso de reincidencia. Según los archivos catalanes, fue el caso en Barcelona, seguramente por el elevado número de homosexuales. Parece que en algunas provincias catalanas unos homosexuales fueron condenados tras la primera detención. Es probable que las autoridades penales actuaran de la misma manera en las pequeñas ciudades españolas, pero no en las ciudades importantes. Otras investigaciones a partir de otros archivos regionales deberán probarlo.

Diré, para concluir, que no creo que sea yo quien los investige. Lo intenté sin éxito en Andalucía y en Madrid. En mi caso, quisiera centrar mi próxima investigación postdoctoral no en el periodo posterior de la Transición ya muy estudiado, sino en los últimos años del franquismo en la capital catalana donde existieron otros movimientos contraculturales. AGHOIS no fue el único. Y esos grupos y esas publicaciones trataron también el tema de la sexualidad de manera más abierta y politizada. Por tanto me interesaría ver en qué consistieron esos discursos contraculturales en Barcelona, pues según los archivos que he podido consultar parece que hubo una "movida" en esta ciudad antes de la famosa movida madrileña. Si así fue efectivamente, me gustaría saber ¿por qué existen numerosos estudios sobre esta última y no sobre Barcelona? Espero que los resultados de este próximo estudio se publiquen pronto y permitan arrojar una luz nueva sobre los distintos discursos acerca de la sexualidad a finales del franquismo y rompan así con las categorías binarias simplificadoras que caracterizan hoy la historia reciente de la sexualidad en nuestro país.

 

 



[1] Florence Tamagne, Histoire de l'homosexualité en Europe (Berlin, Londres, Paris, 1919-1939), París, Seuil, 2000; Frédéric Martel, Le rose et le noir : les homosexuels en France depuis 1968, París, Seuil, 1996 (pero este libro es de poca confianza); Francisco Vázquez García et Richard Cleminson, Los invisibles: una historia de la homosexualidad masculina en España, 1850-1939, Granada, Comares, 2011; Jordi Petit, 25 años más: una perspectiva sobre el pasado, el presente y el futuro del movimiento de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, Barcelona, Icaria, 2003.
[2] Julian Jackson critica la idea según la cual el año 1971 sería el primer año de la homosexualidad en Francia. Cf. Julian Jackson, Arcadie, la vie homosexuelle en France, de l'après-guerre à la dépénalisation, París, Autrement, 2009. 
[3] Jacques Girard, Le mouvement homosexuel, op. cit.,; Frédéric Martel, Le rose et le noir, op. cit.; Armand de Fluvià, El moviment gai a la clandestinitat del franquisme (1970-1975), Barcelona, Laertes, 2003; Ricardo Llamas y Fefa Vila, "Spain: Passion for Life. Una historia del movimiento de lesbianas y gays en el Estado Español" en Xosé M. Buxán (ed.), Conciencia de un singular deseo, Barcelona, Laertes, 1997, pp. 189-224. Estas obras son solo algunas que hacen referencia a estos temas, pero existen muchas más que retoman el mito de los movimientos homosexuales y el año 1970 como el primer año de la liberación.
 
[4] Algunos ejemplos significativos: John D'Emilio, Sexual Politics, Sexual Communities: The Making of a Homosexual Minority in the United States, 1940-1970, Chicago, University of Chicago Press, 1983; Jacques Girard, Le mouvement homosexuel, op. cit.; Frédéric Martel, Le rose et le noir, op. cit.; Julian Jackson, Arcadie, op. cit.; Kerman Calvo, Pursuing Membership in the Polity: The Spanish Gay and Lesbian Movement in Comparative Perspective (1970-1997), Madrid, Instituto Juan March, 2005; Jordi Monferrer Tomàs, Identidad y cambio social, Barcelona/Madrid, 2010; Armand de Fluvià, "Los movimientos de liberación homosexual en el Estado español" en M. S. Weinberg et C. J. Williams (ed.), Homosexuales masculinos, Barcelona, Fontanella, 1977; Armand de Fluvià, "El movimiento homosexual en el Estado español", en José Ramón Enríquez (ed.), El homosexual ante la sociedad enferma, Barcelona, Tusquets, 1978; Ricardo Llamas y Fefa Vila, "Spain: Passion for Life. Una historia del movimiento de lesbianas y gays en el Estado Español" en Xosé M. Buxán (ed.), Conciencia de un singular deseo, op. cit.
[5] Arturo Arnalte, Redada de violetas. La represión de los homosexuales durante el franquismo, Madrid, La esfera de los libros, 2003; Fernando Olmeda, El látigo y la pluma. Homosexuales en la España de Franco, Madrid, Oberon, 2004; Nathan Baidez Aparicio, Vagos, maleantes... y homosexuales. La represión a los homosexuales durante el franquismo, La Garriga, Malhivern, 2007. Una recopilación, sin embargo, ha empezado a corregir esos estudios demasiado generales: Javier Ugarte Pérez (ed.): Una discriminación universal. La homosexualidad bajo el franquismo y la transición, Madrid-Barcelona, Egales, 2008.
[6] Matt Houlbrook, Queer London. Perils and Pleasures in the Sexual Metropolis, 1918-1957, Londres/Chicago, University of Chicago Press, 2006.
[7] Alberto Mira, De Sodoma a Chueca, op. cit., pp. 287-413. Esta obra es excepcional. Constituye el putno de partida de mis propias investigaciones; Alejandro Melero, Placeres ocultos, gays y lesbianas en el cine español de la Transición, Madrid, Notorious, 2010.
[8] George Chauncey, Gay New York, Paris, Fayard, 2003, p. 237, traducción de Didier Eribon.
[9] Michel Foucault, La volonté de savoir, Paris, Gallimard, 1976.
[10] Antonio Sabater Tomás, Gamberros, homosexuales, vagos y maleantes, op. cit., p. 41.
[11] Pierre Bourdieu, La domination masculine, Paris, Seuil, 1998.
[12] Así lo hizo Didier Eribon en Réflexions sur la question gay, París, Fayard, 1999.
[13] Pierre Bourdieu, La domination masculine, op. cit., p. 55.
[14] Utilizo en este trabajo la expresión "ideología sexual dominante" en el sentido de visión del mundo impuesta por las clases dominantes.
[15] Utilizo el término "subcultura gay" en el sentido de un mundo gay donde los individuos están ligados por su común "desviación" con respecto a las normas. Cf George Chauncey, Gay New York, op. cit.; Didier Eribon, Réflexions sur la question gay, op. cit. y Óscar Guasch, La sociedad rosa, Barcelona, Anagrama, 1991.
 
[16] George Chauncey, Gay New York. Gender, Urban Culture and the Making of the Gay Male Word, 1890-1940, Nueva York, Basic Books, 1994; Julian Jackson, Arcadie, la vie homosexuelle en France, de l'après-guerre à la dépénalisation, París, Autrement, 2009. 
[17] Florence Tamagne, Histoire de l'homosexualité en Europe, op. cit.
[18] Francisco Vázquez García y Richard Cleminson, Los invisibles, op. cit., p. 288.
[19] No comparé París con Madrid porque aún es imposible hoy consultar los archivos judiciales y jurídicos sobre los gays en esta ciudad.
[20] Unos trabajos de calidad desigual salen a la luz poco a poco en España. Por ejemplo, Raquel Osborne (ed.), Mujeres bajo sospecha. Memoria y sexualidad, 1930-1980, Madrid Fundamentos, 2012; Raquel Platero (ed.): Lesbianas. Discursos y representaciones, Madrid, Melusina, 2008; Raquel Platero, "Lesboerotismo y la masculinidad de las mujeres en la España franquista", Bagoas, nº 3, pp. 15-38, 2009.


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